¿Qué es la deshidratación?
La deshidratación es una condición en la cual el cuerpo pierde más líquido del que recibe. Este desbalance provoca diferentes síntomas que alertan al cuerpo de esta falta.
La deshidratación leve puede ser tratada con la ingesta adicional de líquidos, mientras que la deshidratación moderada o grave puede requerir reemplazo de líquidos intravenosos.
¿Cómo se produce la deshidratación?
La deshidratación se produce cuando se pierde más líquido del que se consume. Esto puede ocurrir por una variedad de condiciones como por ejemplo vómitos, diarrea, estrés por calor, fiebre, sudoración excesiva, o simplemente por no consumir suficiente líquido.
¿Cuáles son sus principales síntomas?
Es importante entender que esta condición genera alertas en el organismo, que se traducen en síntomas fáciles de detectar. Entre ellos, los más comunes son:
- Aumento de la sed,
- Sequedad en la boca,
- Debilidad,
- Dolor de cabeza
- Mareos, desmayos,
- Náuseas,
- Palpitaciones,
- Confusión y/o desorientación,
- Orina oscura.
Recomendaciones para mantenerse hidratado/a en verano
A continuación te brindamos una serie de tips para que te mantengas hidratado este verano:
- No esperar a tener sed ni la boca seca para hidratarse. Se recomienda tomar diariamente al menos 6 vasos de agua o el equivalente a 2 litros de agua.
- Tener siempre a mano una botella limpia con agua segura.
- Tomar un vaso de agua al levantarse, en cada comida del día y al acostarse. También antes, durante y después de cualquier actividad física.
- Consumir frutas y verduras.
- Si en el entorno hay niños, niñas y/o personas adultas mayores, asegurarse de que tomen agua con frecuencia.
¿Qué debemos hacer ante un caso de deshidratación?
Ante señales relacionadas con problemas de deshidratación por temperaturas altas se recomienda seguir los siguientes pasos:
- Tranquilizar a la persona y dar líquido para beber.
- Buscar ayuda profesional si:
– La condición de la persona no mejora rápidamente.
– Se trata de bebés, niños o niñas o personas adultas mayores.
– La persona está perdiendo más líquido del que puede ingerir (por ejemplo vómitos o diarrea).
– La persona orina muy poco o nada y tiene color oscuro.
– Tiene fiebre o signos de agotamiento por calor.
¡Importante! Los bebés que son amamantados deben continuar haciéndolo y aumentar la frecuencia de alimentación. Mientras que, los bebés que reciben fórmula láctea, deben beber cantidades regulares de leche, complementadas con una solución de rehidratación oral.
Es importante tratar la deshidratación lo antes posible, ya que puede causar complicaciones graves en nuestro cuerpo.
En este verano, no olvides llevar siempre tu botella de agua con vos. Evitá el golpe de calor y la deshidratación con los tips que te brindamos.
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